Tuesday, November 09, 2004

ENRIQUE ITURRIAGA, INVALORABLE CONTRIBUCIÓN A NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL.




A los 86 años, al compositor Enrique Iturriaga se le ve lleno de vida, transmitiendo el entusiasmo y la alegría de vivir que siempre lo acompañaron, tanto al abordar los complejos problemas de la creación musical como durante su fructífera labor en la enseñanza. Se le puede definir como un gran compositor y una magnífica persona.

Su indiscutible vocación hace que cada una de sus obras, independientemente del lenguaje musical en que hayan sido escritas, transmiten vitalidad, y ese sello de autenticidad que es característico de la verdadera música. También muestra rasgos muy personales, por lo cual su música es fácilmente identificable para quienes la han escuchado. Cuando pongo radio y están tocando algo suyo, me bastan tres o cuatro compases para decir :
Iturriaga.

Enrique Iturriaga nació en Lima en 1919. De 1934 a 1939 estudió piano con Lili Rosay y teoría musical con Andrés Sas, compositor belga radicado en nuestro país y esposo de la anterior, ambos muy influyentes en nuestra vida artística de ese entonces.

Posteriormente ingresó al Conservatorio Nacional de Música, donde estudió composición, esta vez con un notable compositor alemán, Rodolfo Holzmann, hasta 1950. Ese año obtuvo una beca y viajó a París, donde siguió cursos de perfeccionamiento con Mme. Plé-Caussade en el Conservatorio y con Arthur Honegger en la Ecole Normale.

A su regreso alternó la composición con la enseñanza y la dirección de coros, siendo también, durante siete años, crítico musical del diario “El Comercio”. Desde 1957 a la actualidad es profesor del Conservatorio Nacional de Música, donde ha formado a varias generaciones de compositores, incluyendo a quien escribe estas líneas, y en más de una oportunidad ha asumido su dirección. También enseñó en las Universidades Católica y San Marcos, y participó en numerosos certámenes internacionales. Además merece destacarse su labor como investigador y escritor.

Detallar la extensa obra académica del maestro Iturriaga resultaría redundante en este homenaje.
Quisiera tan sólo destacar que el maestro tiene, además, una gran producción de música para teatro, ballet y cine. Tuve la oportunidad de escuchar la música que hizo para “La cuidad y los perros” de Lombardi, de la que sólo se utilizo la pista correspondiente a la percusión. La música era tan bella y brillante, que aparentemente el director temió que le “robara cámara” copando la atención del público en perjuicio de sus imágenes.

Mi homenaje al maestro, al compositor, al investigador y al creador literario.

ADOLFO POLACK
Independencia 334 Miraflores


http://enriqueiturriaga.blogspot.com/2004/11/enrique-iturriaga-invalorable.html